domingo, 13 de abril de 2008

Sobre la Inmortalidad del Cangrejo III

"El principio relativista dice que una partícula que alcanzara la velocidad de la luz, en el hipotético caso que lo consiguiera, ésta tendría una ecuación espacio-temporal que en su denominador se volvería cero. Y eso, en el mundo de las matemáticas, da por resultado una indeterminación.
A menos que la partícula en cuestión sea un fotón.
En cuyo caso habría de cuestionarse seriamente las ecuaciones de nuestro genial Albert.
¿Por qué habría que cuestionarse?
Porque la ecuación no contempla que nuestra partícula sea un fotón. Siempre se da por sentado que la partícula es otra cosa. Por eso siempre tenemos problemas para acelerar las otras malditas partículas. Porque tienen masa, son afectadas mayormente por la gravedad y especialmente por los campos gravitatorios en general.
Pues bien, en la sagrada ecuación de la Relatividad, si una partícula se desplaza más velozmente que la luz, pues nuestra ecuación del denominador se convierte en una raíz cuadrada de un número negativo.
Y eso, es bien sabido, se resuelve con números imaginarios.
Pero no, eso no alcanza para frenar la imaginación popular.
Tenían que hacer que una partícula que viajara a mayor velocidad que la luz simplemente diera una vuelta de rosca al universo y se pusiera a viajar en el tiempo.
Ahora comienzo a preguntarme seriamente si gozan los cangrejos del privilegio de desplazarse en el tiempo a su antojo logrando lo que nuestros avanzados científicos aun intentan: retroceder en el tiempo, dando así la sensación de inmutabilidad biológica al transcurso de Kronos, nuestro Dios rector y todopoderoso, aliado de la Parca.
Eso podría darnos una pista sobre la inmortalidad aparente, conseguida merced a una manipulación de los Taquiones, esas diminutas partículas de tiempo..."
Alguien golpeó la puerta y el Dr. Singh Dahri, bisnieto del famoso explorador, guardó su libreta celosamente bajo llave.
La Señorita Blimunda entró a la sala, con esa fina arrogancia que ostentan aquellas mujeres que se saben bonitas.
-¿En qué trabajas hasta tan tarde?
-Estaba preguntándome sobre la relación entre los viajes en el tiempo y la Kimera, hija de Kronos. Eso explicaría el por qué Belerofonte no pudo alcanzarla.
-¿En serio me decís?
La tomó del brazo y, cerrando la puerta, la alejó de sus elucubraciones. No sea cosa que descubra por qué el cangrejo es inmortal.

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