martes, 12 de mayo de 2009

La copa de vino

Meces suavemente agitando el contenido de la copa que mantienes con sus labios húmedos del vino que, inconsciente, espera ser bebido. Apartas una mano para atestiguar que me esperas impaciente. Tus ojos espian mi presencia y tu boca anticipa mi llegada. Separas las rodillas en son de bienvenida. No queda sino acercarme a saciar mi sed.