viernes, 20 de enero de 2012

Mitología urbana - Demonios

Cuando en el cielo hubo discusión por la grandeza y el poder, se juntaron las nubes y los rayos cruzaron entre ellas. Dos demonios: el de la electricidad y el de la oscuridad se disputaron el mérito de hacer sufrir a las personas.

El demonio de la electricidad se metió en los cables y, desde los enchufes, espía a los niños inquietos.
Sus ojos oscuros recorren la casa en seguimiento a los infantes. Dos ojos escondidos tras las ranuras de cada tomacorriente.
A veces pone en marcha la heladera o el lavarropas sólo para demostrar su poder y llamar la atención de los más pequeños.
Otras, lanza chispas a los objetos de metal.

Los días de tormenta suele abandonar las casas para pelear contra el demonio de la oscuridad, allá en el cielo, y se lo ve lanzar relámpagos entre las nubes. Por eso, muchas veces deja las casas a merced de la oscuridad mientras él se pavonea en los cielos.

La oscuridad llena las casas de noche y hace ruidos con las puertas y ventanas.
Es en general silenciosa, pero cuando hay niños adora asustarlos hasta que regresa la electricidad.

Ambos tienen su alimento que los mantiene vivos: la oscuridad se alimenta de miedo y la electricidad, de niños curiosos que tocan los enchufes.



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