Hace dos semanas, las nenas se fueron el finde con su abuela y madre respectivamente, como siempre.
El horario de regreso es a las 23hs, como siempre.
Pero no.
Daniela y su prima Candela pelearon a Leticia, quien se volvió a las 15hs.
A esa hora yo dormía exhausto una merecida siesta.
A mi lado ella dormía con su camisón puesto.
A eso de las 18 ella se levantó y preparó mate.
Cuando fui a la cocina, aun sin vestir, observé que el viento tiró ropa seca al piso del lavadero.
La recogí y llevé a la habitación de las nenas.
"No recuerdo haber dejado la puerta cerrada" pensé.
Cuando abrí, Leti me dijo: "vestite, papá".
A la noche le pregunté:
- ¿A qué hora llegaste?
- A las 15
- ¿Viste algo?
- Todo
- ¿Todo?
- Sí, los vi durmiendo.
- ¿Yo dormía boca abajo o boca arriba?
- Boca arriba.
- Entonces no te perdiste detalle.
- No.
Creo que sospecha algo.
miércoles, 17 de diciembre de 2014
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